Ser una empresa ecológicamente responsable es una de las motivaciones que guía nuestra actividad en el sector industrial. De hecho, entendemos cada paso que damos como un gesto hacia un cambio de paradigma en pro de la sostenibilidad.

Desde la industria, una de las formas que tenemos para avanzar en el cumplimiento de los ODS de la Agenda 2030 marcados por Naciones Unidas, es elegir soluciones industriales sostenibles. En esta ocasión, os contamos cómo el uso de tornillos autorroscantes se relaciona con procesos menos agresivos para el medio ambiente y, al mismo tiempo, con la optimización de costes e incremento de la productividad.

Por qué los tornillos autorroscantes son más sostenibles

Los tornillos autorroscantes son aquellos que por su morfología, al roscarse en su alojamiento, cortan y deforman el material hasta formar una rosca hembra métrica. En otras palabras: forman su propia rosca en el orificio al introducirlos para el atornillado.

Ya os esbozamos las características principales y ventajas de los tornillos autorroscantes Taptite® (o DIN 7500) en nuestro artículo “Tornillos trilobulares para optimizar costes de producción y montaje”. Demos un paso más allá y veamos cómo, elegir este tipo de tornillos, puede ayudaros a reducir vuestra huella ecológica como empresa.

 

  • Menor consumo energético durante el atornillado

La propia naturaleza de la tornillería autorroscante no requiere acciones previas al roscado y esto reduce considerablemente los tiempos de montaje y, en consecuencia, sus costes asociados. Algo que también debe traducirse en términos de consumo de energía durante las operaciones.

  • El uso de productos químicos contaminantes deja de ser necesario

Los lubricantes o taladrinas utilizados durante los procesos de montaje para reducir la fricción entre metales son productos altamente contaminantes. Su uso no es necesario cuando trabajamos con tornillería autorroscante. No olvidemos que el ODS 12 también contempla la correcta gestión de residuos sólidos y la reducción de emisiones contaminantes. No hay mejor manera de controlar ambientalmente estas emisiones que reduciendo el consumo de los agentes contaminantes.

  • Los machos de roscar se eliminan de la ecuación

Este aspecto, también vinculado con el ODS 12 y el consumo sostenible, es beneficioso por cuestiones obvias. Al descartar una pieza del proceso de construcción se abaratan costes y desechos futuros.

Además, como consecuencia de todo lo anterior se produce una reducción de los procesos de fabricación; también de la huella de carbono asociada al transporte logístico relacionado con suministro de los elementos que dejamos de necesitar (taladrinas y machos de roscar, en este caso).

En el marco de la sostenibilidad, los pequeños gestos dejan de ser sutilezas si pensamos en el peso global del proceso productivo a medio-largo plazo. Os invitamos a reflexionar al respecto y a valorar la huella ecológica de vuestra empresa.

 

Por nuestra parte, próximamente os seguiremos informando acerca de qué productos industriales sostenibles relacionados con nuestra actividad os pueden ayudar a cumplir con los ODS marcados por la ONU.