El mundo de la tornillería es muy extenso, por si fuera poco, constantes novedades nos mantienen a la expectativa de nuevos productos que mejoran procesos de producción o que mejoran el comportamiento bajo determinadas circunstancias.

Pese a todo, la realidad es que el 90% de las transacciones a las que nos enfrentamos a diario son muy repetitivas, y sobre estas elaboramos el manual básico de las fijaciones que repartiremos en distintos artículos.

Empezaremos por los tornillos más utilizados, y lo haremos llamándolos por sus nombres coloquiales:

 

TORNILLO HEXAGONAL, cuyas normas DIN más habituales son la DIN 933 (toda la caña roscada) y la DIN 931 (la caña está parcialmente roscada). Estos tornillos nos los encontramos por todas partes, tienen la cabeza con forma de hexágono y normalmente los vemos zincados, cuyo aspecto es de un todo plateado azulado.

 

 

TORNILLO ALLEN, de cabeza cilíndrica, poco más ancha que la caña, y con hueco hexagonal. Estos tornillos reciben el nombre de su impronta (el hueco hexagonal) cuyo nombre es Allen, la norma DIN que los regula es la DIN 912. Son típicos de la construcción de maquinaria, primeros equipos, etc. Los encontraréis habitualmente negros o zincados.

 

 

TORNILLO ROSCA-CHAPA, que dispone de distintas formas de cabeza (DIN 7981 / 7982 / 7983). Los podemos encontrar abombados, avellanados y de gota de sebo. Además, pueden tener distintas improntas, y tener, o no, punta. ¿Que qué son las improntas? Son la forma impresa enl a cabeza que nos permite atornillarlos y aflojarlos, también os las explicaremos en próximos artículos.

 

 

TORNILLO ROSCA-MADERA O TIRAFONDO, que se parecen muchísimo a los rosca chapa, pero si nos fijamos bien veremos que los filetes de la rosca son más afilados, más anchos, y más separados entre sí. Cada fabricante hace un poco la suya, pero la norma DIN más habitual para ellos es la DIN 7505 A o B en función de la forma de su cabeza. También los encontraremos con distintas improntas, y todos, absolutamente todos, hemos intentado apretar o aflojar uno de estos con la punta de un cuchillo.

 

 

Hasta aquí con los tornillos. En próximas entregas de este “manual” hablaremos de las tuercas y las arandelas.