Las arandelas son una de las familias más extensas y a su vez menos conocidas. La verdad, es que muchas veces se ponen arandelas en uniones atornilladas por defecto, pero si realmente analizáramos cuándo son necesarias, montaríamos un porcentaje muy inferior al actual.

 

La arandela plana es la más conocida, la arandela por defecto, la que podemos ver en la mayoría de uniones y la más vendida: la DIN 125-A. Hay dos tipos de DIN 125; la tipo A es de sección rectangular, de ángulos definidos, mientras que las 125-B tienen una de las caras biselada. Éstas, de tipo B, suelen ser de mejor calidad.

 

 

Detrás de la arandela plana vendría la arandela Grower, o arandela de muelle. Estas están amparadas por la norma DIN 127 y volvemos a tener dos tipos, la A y la B. Estas arandelas parecen secciones de un muelle, no están completamente cerradas y oponen resistencia cuando apretamos la unión atornillada. Están hechas para que las uniones no se aflojen pero en la evolución de las fijaciones han quedado atrás frente a métodos mucho más efectivos. Se conocen como Grower porque es el nombre de la marca que las lanzó al mercado.

 

 

La tercera en este ranking de popularidad es la arandela ancha, la arandela sobredimensionada, o la correctamente definida DIN 9021. Estas arandelas son más anchas y un poco mas gruesas que las arandelas planas convencionales, y se usan para repartir la presión de la unión atornillada en una base mayor. Cumplen siempre con una regla dimensional: el diámetro exterior es siempre 3 veces el interior. Es decir, la arandela para M8 hace 24 mm de diámetro exterior, y así con el resto de métricas.

 

 

Si queréis perderos en las profundidades de las arandelas, podéis indagar en nuestro catálogo web, donde las tenemos organizadas por tipos y famílias.